martes, 27 de julio de 2010

Su camino

 

“El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse.     El amor en cambio, es un eterno insatisfecho”

José Ortega Y Gasset

Me declaro una eterna insatisfecha. Amando al amor, amándome a mi cuando amo, amándolo a él.

Debo ahora hacer alarde al titulo de esta entrada, y confesar porque soy una eterna insatisfecha, y la respuesta es simple, lo soy por culpa de su camino. El camino de su cuerpo. El camino de su mente. Las dos cosas que mas encuentro fascinantes y abrumadoras de él.

Tratare de describir las incoherencias que escribí arriba. Así que empezare por su cuerpo. Y es que tiene un físico que debo recalcar; y la mejor forma de describirlo es, precisamente, siguiendo su camino:

Perfectamente trazado, como tratándose de un escultor descubriendo su obra en un bloque de mármol, a punta de cincel. Comenzando por la preciosa comisura de sus labios, muy delgados y aun, extrañamente, besables. Bajando por su cuello; fuerte, grueso, varonil; e inmediatamente pasando a los bellos de su pecho, delgados y finos; sintiéndoles entre mis dedos, acariciándolos. Siguiendo por su abdomen, percibiendo el movimiento de sus músculos, moviéndose al unisonó de su lenta, profunda y relajada respiración; y entonces su camino me muestra mas, me muestra su perfecta cadera, me coquetea. Rozando su cadera, sintiendo ese par de huesos que sobresalen cuando esta acostado, y te dirigen exactamente al lugar indicado. Hacen una pausa, cuando llegan a la línea que une sus piernas con el resto de su anatomía; mostrándome una curva en el camino, una desviación, que a fuerza de gozo, he de tomar… ha! mi mente esta perdida en este momento. He olvidado por completo el objetivo de esta entrada.

Si, el objetivo era su camino. Ahora lo recuerdo.  

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