domingo, 12 de septiembre de 2010

Brisa de lagrimas

 

No puedo decírtelo de frente.

La distancia no me permite enojarme, discutir o indagar. No sabes que cuando termina la llamada mis parpados no pueden detener la brisa de lagrimas. No sabes que el nudo en mi garganta es igual de grande que las mariposas en mi estomago.

Tengo que confiar, pero la confianza se ve diezmada cuando busco y encuentro; aquello que no debería saber pero que es necesario conocer.

Las lagrimas, el dolor, la incertidumbre y la duda me persiguen todos los días. Soy esclava de mi. Soy esclava de la tormenta de hormonas que recorren mi cuerpo. La misma tormenta que me hace dejar una estela de flores, corazones y mariposas a mi paso. Ahora me traiciona.

El control, al parecer es el mejor camino. “El que ama menos, siempre es el que gana”. No se cuando se convirtió el amor en una competencia; pero si se cuando mi corazón debería ser prioridad.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Me estoy enamorando… de Mazunte

Veo a lo lejos la playa de Agustinillo, huelo el sabor salado del mar, siento la humedad en cada esquina de mi cuerpo y traigo las ultimas puntadas de camarón a la diabla en mi lengua. Ha! las playas de Mazunte!.

Me gusta, me gusta tanto que vivir aquí seria como vivir en le paraíso. Seria un sueño cumplido, seria nuestro sueño cumplido.

Quiero despertar con el sol rozando mi cara, paseando por mi cuerpo; con el rugir del mar, casi sintiendo que en cualquier momento puede irrumpir en mi ventana; con tus brazos rodeando mi cintura, tu cadera pegada a la mía, tu despertar entre mis piernas y, tu boca coqueteando con mi cuello.

Definitivamente, me estoy enamorando.

domingo, 1 de agosto de 2010

Haciendo nuevos recuerdos

¿Te acuerdas? La mañana en Zúrich, llegamos a punto del medio día. Después de desayunar con una vista hermosa, en la cocina tan pequeña de Ana. No tengo claro como fue que llegamos, no recuerdo el camino; pero recuerdo la confusión en cuanto entramos en la ciudad; todos tan amables pero al mismo tiempo tan fríos y cortantes, solo siendo corteses.

Caminamos, caminamos unas horas recorriendo un poco la ciudad, encontrándome con un mundo que no sabia que existía. Un mundo en el que no entiendo una palabra de lo que dicen, no entiendo los letreros, no entiendo a la gente, no entiendo nada. Y no solo por el idioma, pero por la forma de ser, la forma de pensar. Había una manifestación, al parecer, como tu me explicaste, se quejaban por su largas jornadas de trabajo y su sueldo bajo. ¡Su sueldo bajo! ¡Estábamos en uno de los países con mejor nivel de vida promedio del mundo! Pero aun exigían. Impresionante, me recordó que yo debería hacer lo mismo en mi país; pero no lo hago.

¿Recuerdas los cisnes? Para ti tan normales, yo solo los había visto en películas de princesas y en el zoológico. Tan hermosos, aunque después de tantos años de ser formalmente presentados (los cisnes y yo) había olvidado sus feos graznidos. Aun así tome varias fotografías de ellos, en todas las posiciones y desde todos los ángulos posibles.

Lo mejor fue la crepa de manzana, un pequeño puesto; que bien podría a ver sido un carrito de los que venden tacos, en casi cualquier esquina de mi país. Las crepas las hacen exactamente igual que lo que había visto aquí, pero esa estuvo deliciosa. Fue la mejor crepa de manzana que haya comido en mi vida. Te vi sentado frente a mi, y me di cuenta que no estaba soñando. Estaba, por primera vez, en el viejo continente. Por primera vez viajando sola, cargando a cuestas el pesar y el enojo de mi padre, la tristeza de mi madre y el asombro y admiración de mis hermanos. Por primera vez, después de siete largos meses, contigo. Estabas cansado, serio, con trabajo encima, deudas y mil cosas mas pasando por tu cabeza; pero angustiado, angustiado porque todavía hacia falta tanto para mi por ver y tan poco tiempo (y dinero). Tan noble, tan hermoso como siempre.

Me prometí a mi misma no olvidar ese momento; el sabor dulce de la crepa de manzana en mi boca, la consistencia espesa del puré, el olor a masa recién hecha, no olvidar el viento frio que por momentos me llegaba hasta los huesos, tus ojos, mi mano en tu rodilla, el pequeño tenedor de plástico con el que te daba un poco mi crepa. Me prometí no olvidar el sentimiento que tenia en mi pecho en ese momento, el mismo que siento ahora; que mi pecho esta a punto de estallar, porque la añoranza y el amor ya no caben en este pequeño pedazo de mi cuerpo.

¿Te acuerdas amor? Yo si, todos los días. Todos los días estoy ahí de nuevo, sentados frente a frente, comiendo crepa de manzana.

Vuelvo a vivir, y no dejo de hacer recuerdos nuevos; solo que me gustaría hacerlos contigo aquí.

viernes, 30 de julio de 2010

Al calor de mi mano…

 

nude1Ando caliente. No se porque. Esta bien, si se. No he tenido el placer de una buena sesión de besos y penetraciones en casi dos meses. ¿Es poco tiempo? Depende, todo depende.

Después de estar con el ultimo hombre; al que le he sido tremendamente fiel en este tiempo de separación necesaria, me he quedado insatisfecha. Nuevamente, soy una eterna insatisfecha, como diría Ortega Y Gasset.

¿Otra razón para mi subida de temperatura? Un blog, es que hoy me he topado con este blog fascinante. Tan fascinante que no pude seguir con el trabajo, y me nació una imperiosa necesidad por escribir, por describir mi necesidad.

Así que, al calor de mi mano resuelvo mis necesidades todas las noches. Siempre, pensando e imaginando, escenas parecidas a la descrita en este fascinante blog.

Y continuará… porque las necesidades de este tipo, vaya que es difícil resumirlas en cuatro párrafos.

martes, 27 de julio de 2010

Su camino

 

“El deseo muere automáticamente cuando se logra: fenece al satisfacerse.     El amor en cambio, es un eterno insatisfecho”

José Ortega Y Gasset

Me declaro una eterna insatisfecha. Amando al amor, amándome a mi cuando amo, amándolo a él.

Debo ahora hacer alarde al titulo de esta entrada, y confesar porque soy una eterna insatisfecha, y la respuesta es simple, lo soy por culpa de su camino. El camino de su cuerpo. El camino de su mente. Las dos cosas que mas encuentro fascinantes y abrumadoras de él.

Tratare de describir las incoherencias que escribí arriba. Así que empezare por su cuerpo. Y es que tiene un físico que debo recalcar; y la mejor forma de describirlo es, precisamente, siguiendo su camino:

Perfectamente trazado, como tratándose de un escultor descubriendo su obra en un bloque de mármol, a punta de cincel. Comenzando por la preciosa comisura de sus labios, muy delgados y aun, extrañamente, besables. Bajando por su cuello; fuerte, grueso, varonil; e inmediatamente pasando a los bellos de su pecho, delgados y finos; sintiéndoles entre mis dedos, acariciándolos. Siguiendo por su abdomen, percibiendo el movimiento de sus músculos, moviéndose al unisonó de su lenta, profunda y relajada respiración; y entonces su camino me muestra mas, me muestra su perfecta cadera, me coquetea. Rozando su cadera, sintiendo ese par de huesos que sobresalen cuando esta acostado, y te dirigen exactamente al lugar indicado. Hacen una pausa, cuando llegan a la línea que une sus piernas con el resto de su anatomía; mostrándome una curva en el camino, una desviación, que a fuerza de gozo, he de tomar… ha! mi mente esta perdida en este momento. He olvidado por completo el objetivo de esta entrada.

Si, el objetivo era su camino. Ahora lo recuerdo.  

jueves, 22 de julio de 2010

Dando patadas de ahogado...

Creo que los hombres son muy pendejos. Sin importar la nacionalidad, la cultura, la edad, el estatus social, el nivel educativo o económico. Simplemente son pendejos. Pocos son aquellos valientes que se dan cuenta del potencial que tienen en ellos mismos; y más pocos aún son los que se dan cuenta (a tiempo) del nivel de mujer que tienen junto a ellos.

Si, esta entrada también es sobre el amor. Siento que estoy dando patadas de ahogado en mi relación. Si hay alguien que tenga una relación a distancia (más de 12000 km) le agradecería sus sabios consejos. De verdad, puedo ser muy humilde, y ahora mas que no tengo idea de que hacer.

Llegan ideas locas a mi cabeza, llegan celos estúpidos e irracionales, llega mucha frustración y desesperanza. Llega todo menos él. Ya mencione que tiene todo lo que podría desear en un hombre. Ya mencione que podría ser el amor de mi vida, pero mi corazón, simplemente, no se siente correspondido. y la estupides mas grande es que no se siente correspondido, simplemente porque mis oidos no lo escuchan.

¿Por qué carajos necesitamos siempre escucharlo? El te extraño, el te quiero, el me haces falta, el estoy pensando en ti, el muero por un beso, el te amo… y nada. Lo decía antes, cuando éramos “amigos” ahora solo queda un te á, mando besos. Será, ¿que se ha confiado? Ahora ya me tiene, ¿ahora ya no es tan necesario? Es que yo sé que si me quiere, me lo ha demostrado; pero insisto en querer escucharlo. Es cuestión de mujeres, tal vez. O es cuestión de mi locura y estupidez.

“Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura”
Friedrick Nietzsche


sábado, 17 de julio de 2010

Este pobre y tonto corazon...

Si, al parecer sigo enamorada; tal vez más que nunca. Digo tal vez porque no estoy segura de estarlo, o más bien, no he decidido aventar a mi maltrecho y desesperado corazón porque este no siente que sea correspondido. O tal vez sí, pero no como el mismo quisiera. ¿Es normal? Nada es normal, es la primera respuesta que llega a mi mente.

Entonces, estoy con una persona que podría ser el amor de mi vida, pero no lo es ¿o sí? Desde que lo dudas ya no es el amor de tu vida, o eso me ha vendido el precioso mundo de films hollywoodenses. ¿Cómo saber? ¿Cómo explicarlo? Creo que la respuesta, es que no hay respuesta.

Y es que al final, yo nunca estoy en control, siempre ha sido este pobre y tonto corazón.
Y entonces la sabiduría de Isabel Allende me consuela:

“Escribir es como hacer el amor. No te preocupes por el orgasmo, preocúpate del proceso” Isabel Allende


El proceso es siempre lo más interesante.... definitivamente, lo mas interesante.